Tenía aproximadamente ocho años cuando empecé a prepararme para mi primera comunión en la iglesia católica. En mis clases de catecismo me dieron un librito que resumía la doctrina de la iglesia para niños.  Tenía todas las oraciones principales como el Ave María y el padre nuestro. Lo más interesante sobre ese librito era que estaba escrito en forma de preguntas y respuestas.

Tenía grandes preguntas con respuestas muy sencillas:

¿Quién creó la tierra, los cielos y todas las cosas? Dios creó la tierra, los cielos y todas las cosas.

¿Quién es Dios? Dios es nuestro padre bueno y generoso que todo lo sabe y todo lo ve.

¿Dónde está Dios? Dios está en los cielos, en la tierra y en todo lugar.

Se dan una idea. Grandes preguntas con sencillas respuestas. También me daban una calcomanía de un santo cada que me memorizaba una página.

No estoy tan segura de que otras iglesias tengan piezas similares de literatura adaptadas a niños y a adultos que resuma su credo y doctrina pero me imagino que sí. Por ejemplo, recuerdo que un viejo amigo me dijo que la razón por la que iba al templo que iba era porque ahí le habían dado respuestas.

Cuando me encontré con el unitarismo universalismo, no me tomó mucho tiempo darme cuenta que no existía un recurso similar. Ahora, permítanme preguntarles algo, cuando alguien les pregunta qué es el unitarismo universalista, ¿alguna vez han empezado con “Mmm, bueno”, o  con alguna pausa extendida? Y ¿alguna vez han recurrido a nuestros principios para intentar responder esa pregunta?

Si así es, no están solos. Cuando yo empecé a asistir a una iglesia UU, yo intenté de muchas maneras de describirles a mi hermana y amigos nuestra fe. No importa qué tanto lo intentara, aún parecía confundida después de una explicación larga. A menudo escucho comentarios de gente que dice “No entiendo el Unitarismo Universalista”, que pareces confundidos, intrigados y curiosos sobre nuestra fe pero que no pueden encontrar una respuesta simple a una pregunta tan grande como lo es “¿Qué es el Unitarismo Universalista?”.

En un mundo que valora el acceso inmediato a la información, en donde las respuestas a todo tipo de preguntas, desde triviales hasta teológicas, están al alcance de nuestras manos, el no tener una respuesta corta y sencilla parece ser una desventaja. Pero no lo es.

La nuestra es una fe que debe ser vivida y experimentada para poder ser entendida. Es decir, deben involucrarse, sentir, observar y reflexionar hasta que les quede claro, como una revelación, que se entiende desde el interior y que después buscas maneras de expresarla en palabras. No es sorprendente que la primera fuente que promovemos y afirmamos haga referencia a la “experiencia directa del misterio y maravilla trascendente afirmado en todas las culturas y que nos mueve a la renovación del espíritu y a la apertura a las fuerzas que crean y sostienen la vida.”

A medida que continúen viviendo esta fe, llega el momento en el que tal vez se sientan listos para expresar su experiencia como unitarios universalistas en lo que muchos llaman un discurso de elevador. Es decir, una respuesta corta que puede ser expresada en el tiempo promedio del uso del elevador, de entre 30 segundos a 2 minutos.

Nuestra identidad unitaria universalista crece en comunidad. La misión de nuestra iglesia es la de proveernos con oportunidades para el crecimiento espiritual dentro del contexto de una comunidad, aun cuando esta comunidad, por el momento, sea virtual.

Piensa en la última vez que hiciste algo por primera vez, algo que de alguna manera te haya transformado. Algo que dudaste al principio pero que lo hiciste de cualquier manera. Tal vez haya sido aprender a tocar un nuevo instrumento musical, unirte a algún grupo específico, aprender un segundo idioma, participar en un evento, hablar en público o lanzarte en paracaídas. Después, piensa la razón que te llevó a hacerlo y de qué manera te cambió. De lo que no queda duda es que nuestras experiencias nos transforman.

Nuestra fe intenta crear oportunidades que nos ayuden a transformarnos pero en un espacio seguro. Constantemente nos invita a involucrarnos con otros a través de servicios en línea, grupos de discusión o realizando servicio social en nuestras comunidades. Nos pide que nos arriesguemos pero también nos deja saber que no estaremos solos en el proceso. Nos recuerda que estamos comprometidos a ayudarnos unos a otros en solidaridad en nuestra propia búsqueda de la verdad y de significado.

Sin embargo, cabe mencionar que para crecer en nuestra fe no es suficiente buscar información o asistir a servicios solamente. Hay dos pasos importantes que no debe ser ignorados: la reflexión y la intención.

La reflexión nos ayuda a cultivar un sentido auto-conocimiento que nos permite nombrar nuestra emociones: frustración cuando las cosas no salen como quisiéramos, alegría cuando sí, cansancio cuando seguimos siendo los únicos que luchan por las mismas causa, coraje cuando volvemos a escuchar comentarios hirientes de personas bien intencionadas o simplemente incomodidad que no podemos claramente identificar cuando escuchamos o leemos la historia de alguien más o cuando vemos un video que nos abre los ojos.

Es decir, reflexión no solo sobre la experiencia, las palabras o el contenido de lo que nos mueve, sino también sobre nuestras reacciones a lo que esa experiencia nos está enseñando. Reflexión sobre nuestras emociones y lo que nos enseñan sobre nosotros mismos, sobre nuestra manera de ver el mundo y sobre cómo nos relacionamos con los demás.

La verdad es que estamos reflexionando constantemente sobre nuestras vidas y sobre el significado de eventos pasados y su influencia en nosotros. La diferencia de hacerlo desde un punto de vista de fe, es que utilizamos nuestros valores unitarios universalistas y nuestro ideal de la persona que queremos ser como marco de referencia para nuestra reflexión. Nos preguntamos si nuestra reacción y nuestras acciones se alinean con nuestros valores.

Pero crecer en la fe también requiere intención. Es decir, nos permitimos vivir cosas que no habríamos hecho antes. Nos permitimos ser conmovidos por las maneras en las que otras personas también nutren sus espíritus. Dejamos que nuestros niños y jóvenes nos enseñen sobre su manera de ver el mundo. Requiere intención para aprender sobre nuestra historia UU y permitirnos crecer y sentir que nuestra vida se extiende en el tiempo hacia el pasado y hacia el futuro.

Se requiere intención para explorar prácticas espirituales y encontrar la que nos mantenga los pies en el suelo, no centre y nos conecte a algo más trascendente: ya sea el Espíritu, Amor, Misterio, Dios o Comunidad.

La invitación es en sí a un viaje de crecimiento y descubrimiento.

A veces tengo la tentación de crear un comité que prepare un librito de unas cuantas páginas con grandes preguntas y respuestas sencillas sobre el Unitarismo Universalista, pero creo que es mejor invitarlos al viaje transformador, afirmador de vida, dador de sentido de la formación en la fe. El librito, estoy segura, puede esperar.

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Tania Márquez
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Nuestra fe Unitaria Universalista nos exhorta no solo a vivir nuestros valores sino a luchar constantemente por construir un mundo más justo y equitativo para todos. Estoy convencida de que hay muchas personas en en el mundo hispano que necesitan conocer más de nuestra fe y creo que parte de nuestra misión es la de hacer llegar nuestro mensaje a todos los que lo necesiten.
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