Cada uno de los integrantes de la sociedad tenemos una misión social que realizar. Esta misión es la de ayudar a resolver los problemas de la sociedad en la que estamos viviendo.
“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra …” y valla que nos hemos multiplicado. Actualmente somos un poco más de 7,000 millones de personas sobre la tierra. Pero esta multiplicación trajo consigo problemas de convivencia y de trabajo. Entonces el hombre tuvo la necesidad de formar uniones para poder hacer el trabajo más rápido y eficientemente, creando los diferentes grupos sociales. La idea de unirse en grupos, nos dicen los antropólogos, era para poder resolver los problemas en conjunto. Por ejemplo, se tenía el problema de la caza. A un solo hombre le costaba mucho trabajo poder cazar solo, así que se reunieron varios humanos para que la tarea fuera más fácil y todos salieran ganando de la unión. Pero en cuanto esos grupos fuero creciendo, los problemas también fueron creciendo con ellos.
En toda sociedad, hay grupos de diferentes tipos de personas que a su vez tienen diferentes problemas. Hay grupos de niños, de adultos, de casados, de solteros, de automovilistas y peatones, de ricos, de pobres, de trabajadores, de desempleados, de estudiantes y maestros, por citar algunos. Cada uno de estos grupos tiene sus propios problemas por resolver como grupo y a su vez tienen que resolver los problemas de la sociedad en general. También, cada grupo cree que sus problemas grupales son más importantes que los problemas de los demás grupos sociales, creando con ello, algunos problemas adicionales.
En cada época, la sociedad ha tratado de resolver los problemas que le aquejan y estos problemas, yo los puedo agrupar en cuatro grandes grupos que son: problemas de salud, problemas sociales, problemas económicos y problemas morales. Y estos grupos de problemas se entrelazan entre ellos. Todos los días los científicos, los filósofos, los sociólogos, los políticos, los economistas, los teólogos y los visionarios buscan la manera de resolver los múltiples problemas que aquejan a la humanidad, tarea nada fácil.
Cada uno de los integrantes de la sociedad tenemos una misión social que realizar. Esta misión es la de ayudar a resolver los problemas de la sociedad en la que estamos viviendo, por eso algunos nos preparamos en ciencias, otros en filosofía, otros en economía, otros en medicina, otros en teología y puedo seguir enumerando cada una de las áreas del saber humano y no me alcanzaría este espacio solo para nombrarlos.
Cada uno de nosotros tratamos desde nuestro propio ángulo de enfoque, resolver los problemas sociales, pero desafortunadamente, los problemas sociales solo se pueden resolver desde un enfoque multidisciplinario, ya que muchos de los problemas a resolver se entremezclan con otras áreas.
Normalmente tratamos de resolver algún problema en particular sin tomar en cuenta los problemas de otros grupos sociales; los seres humanos hemos ido tratando de poner a trabajar lo mejor de nosotros al servicio de los demás, pero en muchas ocasiones lo único que hemos logrado es crear otros problemas que no teníamos, por ejemplo, desde hace muchos años, hemos tratado de proteger los plantíos de las innumerables plagas que los atacan, entonces, alguien se puso a trabajar y se crearon los pesticidas. ¡Wow!, que gran avance; Sí teóricamente logramos eliminar por completo las plagas de nuestros cultivos, teóricamente tendríamos unas cosechas más abundantes y teóricamente también, tendríamos menos desnutrición en el mundo; pero la realidad es que hay más gente con obesidad y paradójicamente más personas se están muriendo de hambre, aparte de aquellos que por estar en contacto directo o indirecto con los pesticidas, están muriendo a causa del cáncer que provocan estos productos químicos. ¿Resolvimos el problema o creamos otros que no teníamos?
Otro ejemplo seria: Hoy, los médicos tenemos más herramientas para poder enfrentar a las enfermedades que nos aquejan, haciendo que los humanos logremos vivir mucho más tiempo que nuestros abuelos, bisabuelos o tatarabuelos. El promedio de vida ha aumentado en 20 años. Debido a este gran avance, el grupo de ancianos a aumentado en todo el mundo y ahora tenemos un problema a resolver que antes no teníamos como son las enfermedades de la senectud, amén de los problemas económicos que no se calcularon bien, por lo cual las reservas económicas de las pensiones en cada uno de los países donde la gente se está jubilando se están terminando y en un futuro no muy lejano, no podremos enfrentar como sociedad la manutención de estos seres humanos los cuales tienen todo el derecho a disfrutar de la vida con dignidad.
Entonces, ¿como lograremos solucionar los problemas de una vez y para siempre?
Hace muchos años leí una novela que me impacto mucho. “Un Mundo Feliz” de Aldous Huxley. La novela nos habla del desarrollo de la tecnología reproductiva, los cultivos humanos y la instrucción a través del sueño que, combinadas, cambian a toda la sociedad. El mundo descrito en la novela, podría de hecho ser también una utopía, aunque irónica y ambigua: la humanidad en la novela es desenfadada, saludable y avanzada tecnológicamente. En esta sociedad, se han erradicado la guerra y la pobreza, se ha erradicado el desempleo y todos los integrantes de la sociedad, nos dice el autor, son permanentemente “felices”.
Cualquiera de ustedes podría decir, que esto es exactamente lo que la humanidad necesita, encontrar la forma de que no haya guerras, ni pobreza, ni desempleo, que todos los humanos seamos “permanentemente felices”. Sin embargo, la ironía es que todas estas cosas como el erradicar la pobreza, la guerra, el desempleo y tener justicia para todos, en la novela, se han alcanzado tras eliminar muchas otras cosas como la familia, la diversidad cultural, el arte, la literatura, la religión, la justicia y la filosofía, en otras palabras, se pierde la individualidad, creando una sociedad de conformistas.
En este “Mundo Feliz”, nos dice la novela, había un territorio libre de este tipo de sociedad, al cual en la novela se le llama “La Reserva” en donde sus habitantes todavía padecían de enfermedades, paren a través de partos naturales, y conservaban la diversidad cultural, la literatura, la religión, la filosofía y su individualidad como seres humanos. Pero para poder conservar su mundo, los habitantes de la isla tenían que trabajar en conjunto para que la cultura mayoritaria de ese “Mundo Feliz”, no se los coma.
Nosotros los integrantes de esta congregación UU en línea, estamos inmersos en una sociedad más grande que es la sociedad UU de Latinoamérica, Estados Unidos y España. Esta sociedad esta conformada por múltiples congregaciones más o menos homogéneas. Gente latina, provenientes de varias culturas y un solo idioma, el español.
Nosotros como grupo, estamos siendo puestos en la mira del microscopio para ver como nos desarrollamos como una pequeña sociedad multicultural, multiétnica y en español. Pero esta sociedad, tenemos nuestros propios problemas que intentamos resolver. En esta sociedad hay personas que están pensando como resolver los problemas que se nos están presentando y otras que están llevando a cabo los planes, mientras que otras solamente están a la espera del producto final. ¿Yo les preguntaría, a que grupo pertenecemos algunos de los que conformamos esta sociedad?
Nosotros somos una cooperativa espiritual y tenemos una idea utópica, el de llegar a ser una comunidad líder dentro del concierto social UU, tratamos de ser una gran comunidad multicultural y multiétnica y todos bajo los mismos principios de justicia, compasión y libertad. Pero algunos de nosotros no estamos haciendo el trabajo suficiente para poder lograrlo.
Todos los que escribimos en este Boletín estamos trabajando para hacer lo mismo que Aldoux Huxley plantea en su novela un “Mundo Feliz”, pero sin eliminar a la familia, la diversidad cultural, el arte, la ciencia, la literatura, la religión y la filosofía, o sea, sin eliminar la individualidad de cada uno de los componentes de esta pequeña sociedad. Esta visión a mucha gente les parece utópica. Pero para que esta idea no termine en eso, en una utopia, cada uno de nosotros, los que escribimos y los que leemos necesitamos crear grupos interdisciplinarios para poder resolver los problemas que nos aquejan, porque si no lo hacemos así, los pocos que estamos trabajando, vamos a terminar resolviendo algunos problemas, pero creando otros que no teníamos y corremos el riesgo de desaparecer y terminar en una bella idea utópica como la novela un Mundo Feliz.
Cada uno de ustedes que leen este Boletín tienen el derecho de decir lo que no les gusta o lo que debería de ser mejor para todos, pero también tienen la responsabilidad de trabajar para poder seguir creciendo como comunidad; creciendo en número y al mismo tiempo, creciendo como personas.
Cuando Jesús empezó a predicar, fue buscando poco a poco a sus compañeros de viaje, fue pescando amigos y compañeros en una jornada “utópica”, utópica para esa época y para la religión de sus padres. La idea de Jesús no fue la crear una nueva religión, él siempre le fue fiel a su religión, a la religión judía. La idea “utópica” era la de que los hombres fueran libres, libres de pensar, libres de actuar, libres de arrepentirse de sus errores, libres de hablar con Dios sin tener que recurrir a intermediarios, libres de las idolatrías de la mente y del espíritu, la “utopía” de ser cada día, mejores personas, dando lo mejor de cada uno de nosotros, la “utopía” de cultivar la compasión, el amor por nuestros prójimos y el perdón para nosotros mismos. Al principio solo le siguieron doce, muchísimo menos que nosotros los que escribimos y los que no leen, pero 20 siglos después, esos seguidores se pueden contar por millones en todo el mundo.
Ninguno de los que escribimos un artículo mensual nos podemos comparar con Jesús, Nosotros solo somos el vehiculo para compartirles lo que cada uno de nosotros hemos ido aprendiendo a través del tiempo, para que a su ves, ustedes también empiecen a ser portadores de lo que ustedes también han ido aprendiendo en este hogar espiritual y nos enseñen a nosotros y a muchas personas más, nuevos caminos de crecimiento espiritual, y entre todos crear esta idea “utópica” la idea UU de crear comunidades intencionalmente multiculturales, multiétnicas y en muchos idiomas.
Los integrantes de las culturas que nos reunimos en este espacio virtual estamos conscientes de que tenemos muchas diferencias, pero también sabemos que tenemos más cosas en común que nuestras diferencias, sabemos que todo este mosaico cultural se esta fundiendo en uno solo, pero conservando la individualidad de cada una de nuestras propias culturas y, lo más importante, conservando nuestra propia individualidad. Yo me siento muy orgulloso de ser parte de la cultura mexicana, que a su vez, es parte de la cultura latinoamericana y esta es parte de la cultura de la humanidad. Yo me siento orgulloso de ser parte de esta sociedad espiritual UU en línea.
Amigos míos, los invito a ser una parte activa de esta jornada social, cultural y espiritual, permítanme tener el honor de aprender de ustedes, de aprender nuevas formas de resolver los problemas, nuevas formas de ver la vida. Yo en lo personal, no me quiero sentir solo, no quiero que esto se convierta en un monólogo, sino en un diálogo cordial entre todos nosotros.
Como Sociedad espiritual, tenemos aun muchos retos que afrontar, retos internos y externos, pero se, que si estamos unidos cada uno de los que somos parte de esta sociedad, de esta cultura UU lo vamos a lograr. Si cada uno de nosotros ponemos a trabajar activamente nuestros dones personales en armonía con los dones de todos los demás miembros de esta sociedad multicultural, podremos juntos encontrar las respuestas a nuestros problemas sociales, sin crear nuevos problemas. Espero que las palabras de cada uno de nosotros, los que conformamos esta sociedad espiritual, caigan en tierra fértil y rindan los frutos que todos esperamos.
Ahora les dejo esta pregunta para reflexionar. ¿De que lado están, en el lado de la sociedad de conformistas, que esperan a que otros tomen las decisiones por ustedes, no importando que esas decisiones a veces estén equivocadas y los afecten sin decir nada, o en el lado de la sociedad activa, pensante, compasiva y amorosa, de esa sociedad que trata de salir adelante, tal vez equivocándose, pero con ganas de corregir los errores cometidos y seguir trabajando para dar buenos frutos?
Roberto Padilla
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