Cada uno de nosotros tiene diferentes formas de pensar y de actuar. Tal vez ustedes hacen su parte en esto de la justicia social, yo no lo dudo, pero creo que también es importante que la gente se entere de lo que están haciendo a favor de todas estas causas justas. La justicia social no es para esconderse; la justicia social no es privada, debe ser pública.
Esta es una pregunta que yo mismo me he estado haciendo. ¿Soy una buena persona? Me contesto a mí mismo creo que sí, porque mucha gente me lo ha dicho en repetidas ocasiones. Pero en estos tiempos tan difíciles y conflictivos por los que la humanidad está pasando, ¿Es suficiente con ser buenas personas?
Para poder responder a esta segunda pregunta, primero necesitamos saber qué es una buena persona. Sí, ya sé que mucha gente me lo ha dicho, al igual que a ustedes se los han dicho, pero, ¿Qué es ser una buena persona?
Para contestar esta pregunta nos tenemos que remontar a nuestra niñez, a esos tiempos cuando nuestros padres empezaron a sembrar en nosotros la semilla de los valores, principios y creencias que actualmente tenemos. Creo que a ustedes como a mí, la educación que nuestros padres nos dieron fue con la finalidad de ser buenas personas; y esa semilla plantada por nuestros padres fue regada por la iglesia a la que asistíamos cuando éramos niños, por la escuela a la que asistimos y por la sociedad en general.
¿Y para qué me sirve ser buena persona?
De acuerdo con mi madre y la iglesia a la que asistía cuando yo era un niño, era para poder ir al cielo cuando yo muriera. De acuerdo a mis maestros en la escuela primaria y con el resto de la sociedad, para poder convivir con los demás seres humanos en una forma pacífica y ordenada.
¿Y cuáles fueron esos valores que aprendí, los cuales me hacen ser una buena persona?
Esos valores, de acuerdo con mi madre, la iglesia católica y mis maestros de la escuela primaria, los puedo resumir en los diez mandamientos. “Amarás a Dios sobre todas las cosas. No tomarás el nombre de Dios en vano. Santificarás el día del señor. Honrarás a tu padre y madre. No matarás. No cometerás adulterio. No robarás. No levantarás falsos testimonios, ni mentirás. No desearás la mujer de tu prójimo y no desearás los bienes ajenos.”
Tomando en cuenta esto, yo no deseo los bienes de las demás personas, con lo que tengo y soy actualmente estoy bien, a veces no puedo con lo que tengo como para poder estar deseando lo que los demás tienen; tampoco deseo a la mujer de mi prójimo, que en mi caso sería al hombre de mi prójimo; tampoco soy mentiroso, bueno, a veces digo alguna que otra mentirita, pero… pero son mentiras piadosas. Por ejemplo, cuando hablaba por teléfono con mi papá y él me preguntaba cómo estoy; en ese caso deliberadamente mentía, ya que siempre le decía que estaba muy bien, que todo marchaba de maravilla, aunque haya tenido muchos problemas, estuviera enfermo, no haya tenido con qué pagar la renta, o el refrigerador estuviera vacío. O como cuando alguien me pregunta por alguna cosa de una tercera persona, la cual me pidió que no le contara a nadie, en esos casos, miento diciendo que yo no sé nada. A veces tengo que ocultar parte de la verdad para no herir innecesariamente a alguien. El ocultar parte de la verdad es también una forma de mentir. Nunca he robado…mmmm, bueno, cuando era niño a veces me robaba los dulces de alguna tienda cuando acompañaba a mi madre a comprar la despensa de la semana. Ya siendo adulto, un día me robé una gorra de una tienda. Un día me probé una gorra y no sé por qué me la dejé en mi cabeza; anduve con ella por la tienda y cuando llegué a la caja para pagar, pagué lo que traía en las manos y salí de la tienda felizmente por lo que había comprado, pero cuando llegué al coche, me di cuenta que me había robado una gorra, por supuesto que regresé a la tienda a pagar la gorra que me llevé sin pagar. Nunca he matado. He matado a muchas moscas, a muchos mosquitos, a muchas cucarachas, algunos ratones, espero que eso no cuente, pero nunca he matado a ningún ser humano, ni he deseado la muerte de nadie. Mmmm bueno, esto tampoco es cierto del todo, cuando trabajaba en un hospital como médico, en muchas ocasiones desee la muerte de algún paciente terminal, con la finalidad de que no siguiera sufriendo innecesariamente, pero solo lo desee, nunca lo lleve a cabo; respeto a mis padres, no juro en el nombre de Dios, y por supuesto amo a Dios sobre todas las cosas, además que nunca le he deseado el mal a nadie y soy amable con todos los que se cruzan por mi camino.
¿Después de todo esto creo que sí califico como una buena persona? Sí, así lo siento, y reitero que mucha gente me lo ha dicho, ¿entonces por qué no creerme a mí mismo y a la gente que me lo dice?
Otra pregunta que también me he estado haciendo es: ¿En estos tiempos quién quiere ser una buena persona?
Mucha gente quiere ser famosa, exitosa, inteligente, poderosa, rica, tener belleza, ser joven o conservar la juventud por mucho tiempo, a pesar de la edad que tengan, pero ser buenas personas, eso solo es una pérdida de tiempo. El ser una buena persona no deja ni dinero, ni fama, ni belleza, ni poder.
Para muchas personas, el ser buena persona es pasar por tontos idealistas que les gusta perder su tiempo, su talento y en muchas ocasiones hasta su dinero.
Afortunadamente mi prioridad en esta vida no es ser rico, ni famoso, ni tener poder, así que me siento bien siendo una buena persona, Pero regresando a la segunda pregunta inicial, sé que soy una buena persona, pero, ¿eso es suficiente, no para ir la cielo como mi madre me decía, o los sacerdotes de la iglesia donde asistía en mi niñez, porque actualmente no creo en la existencia de un cielo o un infierno, como cuando era un niño, sino para vivir mi propia vida más plenamente aquí en la tierra?
Contestando a esa pregunta, yo diría que no, no creo que sea suficiente. No creo que en estos tiempos tan conflictivos por los que la humanidad está pasando, el ser una buena persona sea suficiente. Necesito ser una mejor persona. Necesito trabajar más duramente conmigo mismo para poder llegar a ser una mejor persona.
¿Y por qué no me conformo con ser solamente una buena persona? ¿por qué quiero ser una mejor persona? ¿Y que necesito hacer para ser una mejor persona?
Porque el que yo no mienta, no mate, no desee al hombre de mi prójimo, respete a mis padres, venga a la iglesia los domingos, sea amable con los que se cruzan en mi camino, no va a cambiar el mundo. Necesito involucrarme intencionalmente más en los problemas sociales, involucrarme más con el dolor, la frustración, las angustias, las necesidades de los demás seres humanos.
Necesito amar a Dios realmente sobre todas las cosas, no solo de palabra, sino también en hechos. Y para lograrlo, necesito llevar a práctica lo que Jesús nos enseño: “Amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos”
Si a mí no me gustaría ser deportado y separado de los seres que quiero, necesito apoyar a aquellos que están en riesgo de ser deportados y separados de sus seres queridos. Si a mí no me gustaría ser explotado ni discriminado en mi trabajo, necesito apoyar a aquellos que sí lo son. Si a mí no me gustaría ser discriminado por mi orientación sexual, mis creencias religiosas, mi condición socioeconómica, por mi cultura o mi color de piel, tengo que apoyar a aquellos si están siendo discriminados por alguna de estas causas. Cada uno de nosotros tenemos diferentes formas de pensar y de actuar, tal vez ustedes hacen su parte en esto de la justicia social, yo no lo dudo, pero creo que también es importante que la gente se entere de lo que están haciendo a favor de todas estas causas justas. La justicia social no es para esconderse; la justicia social no es privada, debe ser pública.
A mí me enseñaron que cuando haga el bien a alguien, no tengo por que irlo gritando al mundo: ¡Oigan ustedes, hoy di una limosna a un desamparado, oigan ustedes, ayer le di de comer al hambriento o agua al sediento! Por supuesto que esto es privado, solamente yo debo saber que estoy haciendo un bien a alguien, pero en el caso de la justicia social, si hay que gritarlo lo más fuerte que podamos, para que los demás lo escuchen, para que las autoridades nos escuchen.
No tiene ningún valor si yo apoyo a los indocumentados, a los que son discriminados por alguna razón, o a aquellos trabajadores que son abusados por sus patrones, pero desde mi casa, donde solamente yo me entero, porque eso, eso no sirve de nada.
Quiero ser una mejor persona y creo que lo podré llegar a ser, ayudando y apoyando a toda esa gente que sufre, y no solamente quedarme en ser esa buena persona de la que habla la gente.
Finalmente, yo les dejo esta ultima pregunta para que lo reflexionen hoy, mañana, pasado mañana y todos los días de su vida: ¿Y ustedes que desean ser, unas mejores personas o solamente buenas personas?
Amor al prójimo, Buenas personas, justicia social, privado, púbico
Roberto Padilla
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