1 millón de especies, entre plantas y animales, enfrentan ahora la extinción, la figura más grande jamás registrada en la historia humana. Mientras cada parte de la sociedad humana no se decida a cambiar el estado de nuestro planeta, este se está muriendo, y el futuro de TODOS va a ser el exterminio. Dejemos de vivir en nuestras propias burbujas de cristal y enfrentémonos a este peligro global hoy, mañana tal vez será demasiado tarde. El problema somos TODOS, y la solución somos TODOS.
En mayo del 2019 la Organización de las Naciones Unidas dio a conocer un informe en donde nos dice que “El ecosistema global está experimentando un descenso peligroso y sin precedentes en la biodiversidad, y podría ser mucho peor a menos que la sociedad haga ‘un cambio transformador’”.
“1 millón de especies, entre plantas y animales enfrentan ahora la extinción, la figura más grande jamás registrada en la historia humana, según el nuevo informe, realizado por la plataforma de ciencia política Intergubernamental sobre biodiversidad y servicios ecosistémicos, un cuerpo organizado de las Naciones Unidas en Bonn, Alemania. Sir Robert Watson, Presidente de la organización, dijo en un comunicado que «no es demasiado tarde para hacer una diferencia, pero sólo si empezamos ahora a todos los niveles desde lo local a lo global.»
«A través de ‘un cambio transformador’, la naturaleza puede todavía ser conservada, restaurada y utilizada sustentablemente— esto también es clave para alcanzar otros objetivos más globales,» dijo Watson. «Por un cambio transformador, nos referimos a una reorganización fundamental, todo el sistema a través de factores tecnológicos, económicos y sociales, como paradigmas, objetivos y valores.»
Las conclusiones de este informe nos muestran un cuadro bastante negro del estado de salud de nuestro planeta, a pesar de todos los esfuerzos de muchos gobiernos que se han estado haciendo su mejor esfuerzo por cambiar la energía a base de los hidrocarburos (gasolinas) y carbón por energía renovable (solar, eólica, nuclear) las cuales son más baratas y limpias que las tradicionales que hemos estado utilizando por muchos años, y todo esto tratando de que la temperatura global no incremente más de dos grados Celsius por encima de los niveles preindustriales.
Desafortunadamente, a pesar de todos los esfuerzos de los científicos para hacernos ver el peligro en el que estamos como humanidad, algunos gobiernos, por ejemplo, Estados Unidos a través de Donald Trump, en Brazil con Jair Bolsonaro, y el resto de los humanos como nuestros familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo y aun, nosotros mismos, no estamos haciendo nada por ayudar con este problema global. Entonces, nosotros somos el problema.
Los seres humanos nos hemos estado multiplicando incontrolablemente, llegando a ser aproximadamente 7 mil millones de personas. Esto significa que se necesita alimento, agua, vivienda, ropa y zapatos, transporte, vías de comunicación, electricidad, gas, escuelas, centros hospitalarios, mercados, supermercados, materias primas, etc. para estos 7 mil millones de personas los cuales vivimos en esta red interdependiente de todo lo existente.
Para poder otorgar estos bienes y servicios, los humanos hemos ido desplazando o desapareciendo a otros seres vivientes con los que compartimos esta red interdependiente sin importarnos que suceda con ellos. Nosotros los humanos somos primero, nuestras necesidades son primero.
Necesitamos madera para construir nuestras casas, muebles, libros, cuadernos, periódicos y otros artículos de papel como carteles, revistas, papel higiénico, bolsas de papel, cartón para empacar todo lo que compramos y nos es enviado a nuestros hogares, etc., para ello, talamos bosques desplazando a todos los que ahí habitan. Talamos bosques para la industria agropecuaria y alimentar a la mayoría de los miles de personas que habitamos en el planeta, talamos bosques para conseguir madera para que algunos puedan cocinar y calentar sus casas; talamos bosques para sembrar las materias primas para producir drogas, sin importarnos que los bosques son el lugar donde muchos animales y plantas viven, se alimentan y se reproducen, además de ser los pulmones del mundo.
Creamos pesticidas cada vez más potentes para poder controlar las plagas de los cultivos que nosotros los humanos comemos, para los cultivos que las vacas, toros, caballos chivos, borregos comen, para los cultivos de las materias primas de las drogas que algunos humanos consumen. Pero estos pesticidas también están matando a otros seres de esta red interdependiente como las abejas, las mariposas y otros insectos que nos ayudan a polinizar las plantas y árboles, las cuales son parte de nuestro alimento.
Acaparamos el agua no para tomar, sino para diferentes usos. Donde más se utiliza es en las torres de enfriamiento, intercambiadores de calor y centrales térmicas y nucleares (casi el 80% del total del agua utilizada por esta industria), en la industria del papel y cartón (27%), en la industria química (25%), en la industria minera y de producción y transformación de metales (20%), en la industria textil (18%), en la industria agroalimentaria y explotaciones ganaderas (17%), en la industria de gestión de residuos (1%). Además del agua que se utiliza en las industrias de las bebida alcohólicas y de sodas, está la utilizada en riego de las plantas con las que se producen drogas. También usamos el agua para regar los jardines públicos y los jardines de las casas de las personas de recursos económicos elevados. Ocupamos agua para bañarnos, lavar nuestros coches, lavar los trastes y limpiar nuestras casas, para cocinar nuestros alimentos y finalmente usamos el agua para tomarla, la cual actualmente nos la venden las grandes transnacionales en botellas de plástico con el consecuente incremento de contaminación de plástico en los suelos, ríos y mares.
Como sociedad “moderna” nos hemos acostumbrado al plástico prácticamente para todo: bolsas de plástico en los supermercados, contenedores de plástico para nuestros alimentos, productos de limpieza, productos de belleza, medicamentos, pinturas, computadoras, automóviles, muebles, juguetes, etc., los cuales desechamos, terminado estos en ríos y mares, matando a millones de seres que viven en estos hábitats.
Hace miles de años, los humanos cazábamos para alimentarnos y vestirnos, pero en tiempos actuales, los humanos hemos convertido a la caza, en un deporte recreacional, matando a animales no para alimentarnos, sino para poder presumir sus cabezas (elefantes, cebras, jirafas, osos, leones, etc.) como trofeo de nuestra arrogancia, o divertirnos con el dolor de la muerte de otros animales como las corridas de toros, las peleas de gallos y las peleas de perros. Matamos a los animales para quitarles la piel para poder hacer abrigos, gorros, zapatos, botas, portafolios, cinturones para los ricos de la sociedad (no cualquiera tiene acceso a esas pieles).
Los humanos hemos sobreexplotado todos los océanos, y la producción pesquera cada día ha estado disminuyendo por la sobrepesca, la contaminación y el calentamiento de los mares. Las industrias vacían sus desechos industriales en los ríos-con la anuencia de los gobiernos- los cuales llegan por toneladas a los océanos, y nosotros los ciudadanos de clase alta, media y baja, tiramos en las calles todo tipo de basura, la cual llega a las alcantarillas y finalmente al mar, amén de todo lo que vaciamos en el lavadero de la cocina (disolventes, aceites quemados, comida, productos de limpieza de todo tipo, etc.)
La cultura también influye en esta matanza cruel de ciertos animales. Dentro de la cultura china se matan a otros animales para tomar ciertas partes de su cuerpo para usarlos en su medicina tradicional, por ejemplo, vacas, avispas, sanguijuelas, escorpiones, antílopes, caballitos de mar, perros, serpientes, tigres de Bengala (una taza de sopa de pene de tigre -para incrementar la virilidad- alcanza el precio de los 320 dólares; el creciente negocio de vino de tigre, símbolo de alto estatus y riqueza entre la población china, continúa matando tigres indiscriminadamente), los cuernos de rinoceronte (un cuerno de rinoceronte puede alcanzar hasta los 46.000 euros por kilogramo en el mercado negro asiático, precio que ya supera al del oro.), o la bilis de los osos. Dentro de la gastronomía japonesa y china, matan a los tiburones solo para utilizar su aleta dorsal para hacer sopa, desechando el resto del cuerpo del animal. Por ejemplo, el costo de una aleta es de casi mil euros por una buena pieza. El motivo de tan elevado precio es el mismo que impulsa a la mafia del marfil o del cuerno de rinoceronte: el aumento de la demanda en China, donde el incremento de la clase alta está disparando el consumo de este tipo de productos.
Los ricos y poderosos de todo el mundo consumen todos estos productos y no les importa pagar precios exorbitantes, mientras que los que cazan, matan y cercenan a los animales son las personas pobres, con cuya actividad les dan mal de comer a sus familias.
Todos deseamos un cambio, un cambio transformador, pero deseamos que ese cambio lo inicie quienes están en los gobiernos, que ese cambio lo inicien la gente rica y poderosa, que ese cambio lo inicien las personas de clase media, o por parte de las personas pobres. Queremos que todas las industrias inicien ese cambio, o que los catedráticos y científicos convenzan al resto de la población mundial del peligro en el que estamos viviendo, cosa que hacen todos los días, pero nosotros no los escuchamos. Desafortunadamente, cada una de las partes de la sociedad humana nos oponemos a iniciar dicho cambio por el miedo a perder nuestro propio status quo.
Cada una de las plantas y animales que existen en nuestro planeta, incluyéndonos a nosotros los humanos, somos parte de la red interdependiente; cada una de las plantas (hasta la más “insignificantes”, los animales, los insectos, las bacterias, los virus, el agua (en sus tres estados), el aire, los suelos, los minerales, los cristales y los humanos somos parte de la ingeniería de este planeta, cada uno de estos elementos son parte del balance necesario para que las demás partes puedan subsistir y seguir sosteniendo la salud y vida de este planeta, si rompemos este delicado balance, TODOS vamos a sufrir las consecuencias, sin importar si somos ricos y poderosos, si somos de la clase media o somos extremadamente pobres, si somos unos genios o somos unos ignorantes, todos estamos en el mismo paquete.
Nosotros los Unitarios Universalistas vivimos en la misma sociedad, en el mismo sistema económico que todos los humanos; algunos UU son muy ricos, otros son de clase media y otros son muy pobres, pero todos seguimos perpetuando las mismas conductas que el resto de la sociedad, con los mismos vicios y defectos así como las virtudes, todos los Unitarios Universalistas vamos al supermercado y algunos aceptamos las bolsas de plástico, algunos compramos nuestros alimentos sin pensar en la explotación de los trabajadores agrícolas, y compramos los insumos que necesitamos en contenedores de plástico; pedimos en los restaurantes popotes o pajillas -como las conocen en muchas partes- los cuales van a contribuir a los millones de estos objetos de plástico que existen en los océanos; todos generamos basura y algunos separamos los materiales reciclables de los desechos orgánicos, algunos tiramos estos desechos en los contenedores de basura los cuales van a los miles de tiraderos al aire libre que hay en el mundo y otros los utilizan como composta; los Unitarios Universalistas también tenemos automóviles, y algunos tienen 2, 3, o quizás 4, contribuyendo a la contaminación del aire; comemos productos que contienen aceite de palma, la cual es sembrada en el lugar donde se talaron los bosques donde habitaban los orangutanes y los mataron y para poder sembrar la palma; algunos unitarios tenemos muebles de caoba o de cedro, mientras otros tenemos mobiliario de pino, pero todos conocemos nuestro séptimo principio UU: “El respeto por el tejido interdependiente de todo lo existente, del cual somos una parte”.
Mientras cada parte de la sociedad humana nos decidimos a cambiar el estado de nuestro planeta, este se está muriendo, y el futuro de TODOS va a ser el exterminio. Dejemos de vivir en nuestras propias burbujas de cristal y enfrentémonos a este peligro global hoy, mañana tal vez será demasiado tarde. El problema somos TODOS, y la solución somos TODOS.
cambio, Extinción, muerte, plástico, solución
Roberto Padilla
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