Cuando una creencia separa, divide, disocia, no es una creencia, es una barrera que nos quita la posibilidad de conectar, de dialogar y compartir de la familia, de la amistad y de las sanas relaciones. Son barreras que se bajan, para que el extraño que tiene otra creencia ajena a la mía no pase a mi espacio. ¿Pero es mas importante una creencia que una relación?
Muchas veces se ve en las familias, que en un momento compartían todos una misma creencia, por ejemplo religiosa, pero cuando alguno de ellos comienza a disentir o a proponer una perspectiva distinta de esa creencia empiezan a haber problemas.
¿Que une a las relaciones, una creencia o un sincero vinculo fraterno de amistad, de amor?
Es cierto que las religiones dividen, como dividen los cuadros de futbol, o las bandas de música. Pero el punto está en volver a la unión, como bien lo hacen los cuadros de futbol o las bandas, que luego de una disputa por un partido o un recital, continúan la semana relacionados sin mediar entre ellos su devoción futbolera o musical.
Un grupo de amigos por lo general está compuesto por muchos hinchas de Boca, otros de River, otros de Ferro, etc, pero por lo general eso no pasa entre los cristianos, muy rara vez se ve un grupo de amigos donde hayan personas de distintas religiones. O por lo menos, es difícil ver en un grupo de amigos cristianos, algunos que sean ateos u homosexuales.
A veces la adhesión a un grupo religioso hace volver a la persona fanática, al punto de hacerla separar de sus amistades anteriores, de círculos donde se movía cuando no era de esa religión, porque son personas que se perderán por su falta de fe en esa creencia religiosa.
Es de esperar que los sectores mas fundamentalistas dentro de nuestra sociedad, sean los que marginen a los que no comparten su creencia, o por lo menos así lo piensan. Haciendo que en vez de predicar con el amor, se predique con el terror.
Muchos llevan su fundamentalismo al plano familiar, en casos en que uno de los miembros del grupo se sumerge de tal modo en una creencia, se enajena de su núcleo primario y empieza a ver a su familia como a enemigos de la voluntad del Señor, enemigos de su fe, enemigos de ser dignos de su amistad, puesto que no cumplen con los requisitos de su creencia.
Pero…
En la etapa madura de fe, es cuando podemos entender nuestro error de querer predicarle a todo mundo nuestra nueva vida, y damos al otro el lugar que se merece, lo dejamos ser, y lo aceptamos tal como es. Disfrutamos de su presencia y lo amamos por solo el hecho de ser, de existir.
Si algo hay que predicar, esto debería ser que las religiones no tienen por que separar, no tienen por que dividir, no tienen que discriminar al no creyente de una creencia x, sino que lo primordial deben sen las relaciones fundadas en la amistad y en el intercambio afectivo. Dejando en segundo plano mis creencias personales, sean sobre Dios o sobre J. Hendrix.
Que Dios no nos separe.
* Rodrigo Ferrando
Fuente: http://rodrigoferrando.blogspot.com/2015/06/barreras-de-fe.html
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