Esta oración es para todos los viajeros.
Para los que comienzan en la belleza
y caen de la gracia,
quienes caminan tímidamente,
buscando la manera de volver.
Y para los que nacen en los márgenes,
viajando de un lugar liminal a otro,
cruzando fronteras
en busca del centro.
Es una oración para aquellos cuyo nacimiento
es el paso de oscuridad a oscuridad,
aquellos que se sienten atraídos por la luz,
y avanzan hacia ella.
Y para aquellos cuyas jornadas
son un camino sinuoso
que comienza y termina en el mismo lugar,
aunque sólo al terminar,
sabrán por fin donde están.
Para todos los viajeros,
jóvenes y viejos,
dolientes y alegres,
cansados y llenos de vida;
los presentes y los ausentes,
los que son como tú (y todos son como tú)
y los que son distintos (porque de alguna manera
todos viajamos solos).
Esta es una oración por la misericordia,
para que andes con pie firme,
y visión clara;
por el pan para tu cuerpo y tu espíritu,
por el agua;
para que llegues seguro,
y para todos aquellos que encuentres
en el camino.
Iglesia de la Gran Comunidad
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