«Oh, Gran Espíritu; Cuya voz escucho en el viento, Y cuyo aliento da vida a todo el mundo ¡Escúchame! Soy pequeño y débil. Necesito tu fuerza y sabiduría. Déjame caminar en la Belleza y haz que mis ojos Contemplen cada roja y púrpura puesta de sol. Haz que mis manos respeten las cosas que has hecho, Y que mis oídos se agudicen para escuchar tu voz. Hazme sabio para que pueda comprender Las cosas que puedas enseñarme. Déjame aprender las lecciones que has escondido En cada hoja y en cada roca. Busco la fuerza no para ser más grande que mi hermano, Sino para luchar contra mi más grande enemigo, Yo mismo.
Haz que siempre esté listo para venir a ti Con las manos limpias y los ojos abiertos, Para que cuando la vida se apague, con una puesta de sol, Mi espíritu pueda venir a ti sin avergonzarte.»
– Alondra Amarilla – Jefe Lakota
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