La pregunta que muchos están haciendo es si el entusiasmo y el deseo de organizarnos para la lucha van a durar, o si se van a desvanecer sin producir resultados tangibles:
Personalmente continuaré poniendo mi granito de arena marchando, cantando, orando, predicando y protestando, con fe en que tarde o temprano lograremos vivir en ese mundo que tanto soñamos.
La emoción que sentí al llegar a Boston con mi sombrero rosado vivo símbolo de la feminidad en esta marcha y unirme a la inmensa muchedumbre que ya ocupaba la plaza, es inolvidable. Ese mar de entusiastas protestando comprendía miles de mujeres y hombres de toda clase de nacionalidades y colores, hombres empujando bebés en sus cochecitos, niñas y niños con cartelitos en la espalda, jóvenes y ancianos cantando y todos con el mismo propósito de demostrarle a Donald Trump que sus ideas opresoras, racistas y anti feministas serán resistidas y combatidas con todas nuestras fuerzas.
En toda marcha de protesta los mensajes en las pancartas juegan un papel central. El primer mensaje que me llamó la atención fue uno jocoso en la pancarta portada por un hombre y que decía: Orgulloso de marchar con mi desagradable esposa, obviamente haciendo referencia a Trump quien comentó durante el último debate con Hillary Clinton que ella era una mujer desagradable. Una pancarta de gran tamaño desplegaba la frase ya tan común pero que en Pekín fue revolucionaria cuando Hillary Clinton la pronunció allá por la primera vez: Los derechos de la mujer son derechos humanos; y otra, Escucha a las mujeres para variar.
Un mensaje que resumía el espíritu de la marcha y de la unión desplegada por los diversos grupos opuestos a la presidencia de Trump decía: Construyendo tu muro. Debajo en una hilera colorida con cinco símbolos: el cáliz flameante Unitario; la luna creciente con la estrella símbolo Musulmán; un poderoso brazo negro con el puño cerrado en alto símbolo que proclama que las vidas de la población negra tienen valor, la silueta de una persona en silla de ruedas y un árbol verde símbolo del movimiento ecológico. Relacionada con ecología otra pancarta decía: El reto verdadero a nuestras fronteras es el nivel creciente del mar.
Otra pancarta lucía una bandera americana con la inscripción: América soy yo y todos nosotros. Qué bueno sería si Trump escuchara ese mensaje y el de los miles de personas que deseamos que él honre la petición expresada por una familia con cuatro niños: Conserva “ACA” el Seguro de Salud Económico.
Estoy muy contenta de haber marchado y protestado en compañía de más de 100 personas de mi congregación, la Primera Iglesia Unitaria en Arlington, Massachusetts y con cien mil personas más, todas apasionadas y listas a resistir los cambios negativos y destructivos que en este momento el gobierno de Trump está empezando a implementar. Sin embargo, la pregunta que muchos están haciendo es si el entusiasmo y el deseo de organizarnos para la lucha demostrado este sábado en las marchas alrededor del mundo y especialmente en los Estados Unidos, van a durar, o si se van a desvanecer sin producir resultados tangibles.
Tengo fe que mensajes retadores como Respeta la existencia o espera resistencia y No rendición! serán estímulos que nos inciten a la acción efectiva en beneficio de los más desfavorecidos y en pro de una verdadera democracia. Tengo fe que mensajes como No toleraré el fanatismo en nombre de la unidad y El amor, no el odio hace América grande nos servirán de brújulas espirituales apuntando a nuestro alto ideal de un mundo unido, sin prejuicios y lleno de paz y amor. Personalmente continuaré poniendo mi granito de arena marchando, cantando, orando, predicando y protestando, con fe en que tarde o temprano lograremos vivir en ese mundo que tanto soñamos.
Rev. Lilia Cuervo
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