Mucho se ha reportado y comentado en relación con la matanza de un club gay en Orlando, Florida, donde 49 personas fueron asesinadas por un joven perturbado y homofóbico, con fácil acceso a un arma de destrucción masiva. Independientemente de su origen étnico y su referencia a ISIS, esto no fue un acto de terror político, sino de terror homofóbico, una forma particular y brutal de terror que se está generando en todo el mundo, donde en algunos países, las personas LGBTQ no sólo son discriminadas sino también perseguidas e incluso agredidas. Esta forma de intolerancia de género es a menudo alimentada, justificada e incluso alentada por fanáticos religiosos cuyas visiones del mundo son limitadas y encarceladas por sus definiciones rígidas de la identidad y la expresión sexual.
Hoy en día las personas LGBTQ se cuentan por cientos de millones en todo el mundo. Desde tiempos inmemoriales han sido ridiculizados, incomprendidos y perseguidos; sin embargo, en algunas sociedades fueron apreciados y respetados. Las personas de este grupo no son enfermos mentales, ni más perturbados que la población heterosexual. Todas las principales organizaciones de los profesionales de salud mental han afirmado que la homosexualidad no es un trastorno mental. Hace décadas atrás, en 1973 la Junta Directiva de la Asociación Americana de Psiquiatría eliminó a la homosexualidad de su manual oficial de diagnóstico.
Los homosexuales y las lesbianas han vivido entre nosotros, en nuestras familias y comunidades desde nuestra infancia, pero por lo general, han ocultado su orientación sexual y por una buena razón. Pero, ¿qué realmente sabe la gente heterosexual acerca de sus vecinos, amigos, familiares o compañeros de trabajo que son homosexuales, lesbianas, bisexuales o transgénero?
¿Porque son diferentes a nosotros? ¿Son personas que realmente nacieron homosexuales debido a su genética, o debido de alguna manera a su formación y experiencia familiar, o fue una decisión personal?
Estas y muchas otras preguntas podemos hacernos, pero aún más importante son las preguntas que llegan al corazón de la cuestión: ¿Por qué muchos de nosotros le tenemos tanto miedo a ellos? ¿Por qué este tipo de personas son despreciadas y denigradas? ¿Por qué no se les proporciona a todos los mismos derechos y privilegios que a cualquier otro ciudadano o ser humano?
Para los Unitarios Universalistas y todos aquellos que han llegado a reconocer la plena humanidad de las personas LGBTQ, estas últimas preguntas son más importantes porque tienen que ver con la forma en que tratamos a otros seres humanos, independientemente de sus características naturales o de sus decisiones personales. Mientras que algunas democracias ilustradas han aceptado a las personas LGBTQ como ciudadanos con todos los derechos de matrimonio, la adopción, y la libertad de expresión, en los Estados Unidos, América Latina, África y en otras regiones del mundo, son tratados como ciudadanos de segunda clase.
Sin embargo, por décadas ha habido un movimiento internacional en apoyo de los derechos LGBTQ que ha luchado contra la intolerancia, la ignorancia, la discriminación y la homofobia a través del mundo entero. La lucha contra la homofobia no es una tarea fácil, pero es una misión noble, a la cual muchas personas heterosexuales se han unido como individuos o trabajando a través de numerosas iglesias, fundaciones, ONG, e incluso corporaciones.
En el mundo iberoamericano, España ha sido el primero en legalizar el matrimonio homosexual en 2005, seguido por Argentina y Portugal (2010), Brasil y Uruguay (2013) y en abril de este mismo año, también Colombia. En junio del año pasado, la Corte Suprema de México dictaminó que las leyes que restringen el matrimonio a un hombre y una mujer eran inconstitucionales. A pesar de que todavía es ilegal en la mayoría de los estados de México, esta decisión estableció una base legal para el matrimonio gay en México.
Una de las principales organizaciones que promueven los derechos LGBTQ a nivel internacional, es la Asociación Internacional de Familias por la Diversidad Sexual, cuyo sitio web está en: http://www.familiasporladiversidad.org/. La Asociación celebró su VI Convención este mismo mes de junio aquí en San Jose, Costa Rica. En las palabras de su Presidente Albert Arcarons, la Asociación.. “es una red de Asociaciones de Madres y Padres de más de 20 países de América Latina y de España y Portugal que reconocen, valoran, y promueven la diversidad como paradigma de la sociedad contemporánea.”
En los últimos años, un número creciente de iglesias y congregaciones cristianas han dado la bienvenida y proporcionado un hogar espiritual a sus miembros LGBTQ. Nuestra fe Unitaria Universalista desde hace varias décadas ha apoyado la igualdad de derechos para la comunidad LGBTQ, ha ordenado a muchos miembros de este grupo como ministros en nuestras congregaciones y ha abogado por su derecho a casarse.
Igualdad de derechos para la comunidad LGBTQ es uno de los objetivos esenciales del movimiento Unitario «Estar en el Lado del Amor» que hizo una declaración de solidaridad con personas LGBTQ empezando con las siguientes palabras:
La fe Unitaria Universalista, movida por sus convicciones religiosas reflejadas en el primero de sus Principios fundamentales, que llama a honrar la valía y dignidad inherentes a todas las personas, mantiene un antiguo y profundo compromiso en favor de la plena igualdad de las personas bisexuales, gays, lesbianas y transgénero, que se remonta desde 1970.
Más allá de la comunidad internacional Unitaria Universalista, y entre las democracias establecidas, aún nos queda un largo camino por recorrer para que todos los ciudadanos, independientemente de su raza, clase, género u orientación sexual tengan acceso a todos los derechos garantizados por nuestras constituciones. Tenemos que asumir la responsabilidad de nuestras propias respuestas individuales y colectivas a estos desafíos perennes de la homofobia y la transfobia. Pero también hay que responsabilizar a nuestros líderes electos y no electos por las decisiones que ellos toman, las cuales restringen los derechos y la humanidad de los que han por largo tiempo vivido, trabajado y compartido con todos nosotros y han contribuido valiosamente a nuestras naciones.
Julio Noboa
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Querido Julio,
Gracias por escribir este articulo tan completo. Me parece muy acertado el ultimo parrafo que dice, «Pero también hay que responsabilizar a nuestros líderes electos y no electos por las decisiones que ellos toman» porque la homofobia esta a todos los niveles, no solo entre las clases menos educadas.
Abrazos desde California.