Durante las casi dos décadas que mi esposa Elsa y yo vivíamos en San Antonio, Texas, tuvimos el placer y el privilegio de ser miembros activos de la Primera Iglesia Unitaria Universalista de San Antonio. También estuvimos involucrados voluntariamente con el Centro de Paz y Justicia Esperanza y profesionalmente con el grupo de estudiantes y profesores del Centro Enseñanza de la Universidad del Norte de Iowa. Nuestra membresía en estas tres comunidades fue muy significativa y memorable dado que las tres eran progresistas, anti-racistas y defensoras de la igualdad LGBT. Por lo tanto, en varias ocasiones, asiendo a marchas, protestas o demostraciones, a menudo teníamos dos o tres grupos con quienes nos podíamos unir en solidaridad.
Esto sucedió en más de una ocasión para un evento muy especial, como por ejemplo, en el cumpleaños del Rev. Dr. Martin Luther King, cuando las tres organizaciones estuvieron presentes. Después de la Marcha del Dr. King, en Atlanta, la de San Antonio había sido durante años la segunda más grande y diversa, especialmente excepcional dado el tamaño relativamente pequeño de San Antonio en comparación con ciudades como Nueva York, Chicago y Los Ángeles. En esa multitud de aliados, pasamos un tiempo precioso con cada una de nuestras comunidades, gritando consignas, sosteniendo carteles y estando presentes como un testamento viviente de nuestras creencias personales y de nuestros compartidos principios Unitarios Universalistas.
Por supuesto, si hubiéramos preguntado a cualquier persona presente: «¿Por qué estas marchando hoy?», recibiríamos una gran variedad de respuestas. Sin embargo, cualesquiera que fueran esas respuestas, es importante tener en cuenta que aquellos que conmemoran el cumpleaños del Dr. King se unieron en una poderosa procesión diversa. Vinieron personas de todas las edades, razas y ocupaciones. En toda la nación, en ciudades grandes y pequeñas, como en San Antonio, una multitud había estado marchando cada año para honrar a uno de los pocos revolucionarios pacíficos en la historia humana.
Mientras se honraba la memoria de este prominente líder de los derechos civiles, los manifestantes también rindieron homenaje a las ideas, los valores y los métodos pacíficos promovidos por este respetado Reverendo y ganador del Premio Nobel de la Paz del 1964. De acuerdo con estos principios de justicia, igualdad y paz, los manifestantes naturalmente expresaron su indignación por una multiplicidad de controvertidos problemas que todavía afectan nuestras vidas en la actualidad.
Acordamos qué a nivel nacional y global, debería haber un debate interminable e intenso sobre la guerra y la paz. Las celebraciones del Día de Martin Luther King deberían incluir oportunidades para la discusión y la protesta sobre cuestiones muy viscerales como la violencia, la pobreza, la desigualdad y las violaciones de los derechos humanos.
Este año conmemoramos 50 años de ese trágico asesinato, sin embargo, las profundas lecciones que nos enseñó aún son relevantes hoy. Aunque la imagen del Dr. King se ha suavizado considerablemente para hacerla aceptable para los privilegiados estudiantes blancos en las mejores escuelas, no debemos olvidar que él trató con valentía y audacia muchos de los asuntos más difíciles de su época. Él era, sin duda alguna, un elocuente orador; y un predicador en la mejor tradición de aquellos profetas del Antiguo Testamento que expresaron su conciencia sin temor ante los poderosos y despiadados gobernantes del Antiguo Israel, Egipto y Babilonia.
El Dr. King habló elocuentemente no solo en el área de los derechos civiles y las relaciones raciales. Este campeón de la protesta pacífica tenía mucho que decir sobre la Guerra de Vietnam y las relaciones internacionales de los Estados Unidos. En el siguiente comentario, por ejemplo, él señala algunas de las ineludibles ironías morales de la Guerra de Vietnam que se estaba librando durante esos años.
Hemos destruido sus tierras y sus cultivos. Hemos cooperado en la destrucción de la única fuerza política revolucionaria no comunista de la nación: la Iglesia Budista Unificada… Hemos corrompido a sus mujeres y sus hijos y hemos matado a sus hombres. ¡Qué liberadores! (Conferencia, 4 de abril de 1968)
Más allá de Vietnam, el Dr. King expresó opiniones definitivas sobre cuestiones globales y relaciones entre las naciones. Fue tan consciente de las desigualdades raciales, sociales y económicas a nivel internacional como a nivel nacional.
Nosotros en Occidente debemos tener en cuenta que los países pobres son pobres principalmente porque los hemos explotado a través del colonialismo político o económico. Los estadounidenses en particular deben ayudar a su nación a arrepentirse de su imperialismo económico moderno.
(The Trumpet of Conscience, 1968)
Que nuestra querida nación, los Estados Unidos, la campeona de la libertad, se comporte como un imperio malvado, es anti-ético a lo que todo alumno aprende en las escuelas públicas. Sin embargo, una simple enumeración de todas las intervenciones militares o económicas que la CIA ha ejecutado durante el último siglo solo en América Latina es suficiente para desinflar al patriota más hinchado.
Nuestras relaciones dominantes con América Latina y otras naciones del Tercer Mundo han sido bien documentadas. El Dr. King fue lo suficientemente honesto para reconocer, y valiente para expresar, la inmoralidad de estas relaciones explotadoras.
Dada la naturaleza asombrosa de la guerra moderna, el Dr. King incluso cuestionó una de sus justificaciones más fuertes.
Puede haber habido un momento en que la guerra sirvió como un bien negativo al impedir la expansión y el crecimiento de una fuerza maligna, pero el poder destructivo de las armas modernas elimina incluso [esa] posibilidad… (Strength to Love, 1963)
Muchos de los manifestantes del día en que recordamos al Dr. MLK marchamos y continuarán marchando por la paz. Se unirán a cientos de miles de personas de todos los continentes que siguen marchando por la paz en todo el mundo durante este medio siglo después de su asesinato. De hecho, existen formas pacíficas de resolver problemas espinosos, pero para realizarlas se requiere mucho más esfuerzo y empatía. En otra de sus citas inmortales, el Dr. King también nos recuerda que: «La paz no es solo la ausencia de guerra, es la presencia de la justicia»
Resolviendo problemas amargos sin recurrir a la violencia es el mejor tributo que podemos dar al Dr. King, Gandhi o Jesús. Por eso nos corresponde a nosotros, los Unitarios Universalistas y a toda la gente de buena fe y conciencia, y como ciudadanos del mundo, mantener fuerte su legado de justicia y paz. La meta de una comunidad mundial con paz, libertad y justicia para todos como nos dice nuestro sexto principio Unitario Universalista
Julio Noboa
Latest posts by Julio Noboa (see all)
- La Batalla de los Géneros: Una visión Unitaria Universalista - marzo 4, 2020
- Alimentando temores de una «invasión hispana» - septiembre 2, 2019
- Querida Familia Latina - septiembre 2, 2019
Hola Julio! Gracias por este articulo tan interesante sobre el Dr. King. Tengo entendido que muchos UUs se involucraron en la lucha por los derechos civiles. Pero hay muchisimo trabajo que hacer y hay que seguir en la lucha.