Foto por: Loriana Espinel
Somos formados por la gente, las costumbres, el idioma, las ideas y los estilos de vida que nos rodean. Como lo dijo Walt Whitman, contenemos multitudes.
Hace poco tenía una conversación sobre identidad con un grupo de jóvenes. Uno de ellos, un joven blanco, nos dijo que nunca se había considerado a sí mismo como “americano”, que esa etiqueta en realidad no le importaba, y que nunca había sido partícipe del concepto nacional de ser “americano”. Sin embargo, durante las vacaciones de invierno, viajó a Singapur con su novia y, ahí, dice que se “sintió americano” como nunca antes. Él era el novio americano y no pudo escapar de la identidad de su nacionalidad ligada al color de su piel, su idioma y su forma de ser.
Me identifiqué con esta historia porque, de igual manera, yo nunca me pensé tan mexicana como lo he hecho desde que me mudé a los Estados Unidos. Hay algo de la mirada del “otro” que nos vuelve conscientes de nosotros mismos. Cuando nos topamos con diferencias, cuando lo que nos rodea es desconocido, emprendemos un viaje hacia la autodefinición y la comprensión de lo que la identidad que se nos ha sido adjudicada por los demás significa.
This story resonated with my own. I never thought of myself as Mexican as much as I have, since I moved to the United States. There is something about the gaze of the “other” that brings awareness to our being. When we encounter difference, when our surroundings are not familiar, we begin a journey of, both, defining ourselves and understanding what the ascribed identity given to us by the “other” means.
Esta experiencia es muy común para inmigrantes. En su libro “Americanah”, Chimamanda Ngozi Adichie escribe “Querido negro no-estadounidense, cuando tomas la decisión de venir a Estados Unidos, te vuelves negro. Deja de discutir. Deja de decir soy jamaiquino o soy ghanés. A America no le importa.” Sin embargo, no estoy de acuerdo con ella, con el consejo de “deja de decir soy jamaiquino o soy ghanés” porque creo que esto es parte de la auto reflexión, de auto-descubrimiento y del reclamo de identidad que tiene que ocurrir para que las personas se sientas en suelo firme. Sí, para otros tal vez solo sean negros pero sus experiencias vividas como afro-latinos, africanos o afro-caribeños es única y fundamental para su supervivencia.
Piensa en la pregunta ¿Quién eres? ¿Cómo la respondes? ¿Cómo cambia su significado dependiendo del contexto? ¿Siempre respondes de la misma manera? ¿Qué diferencia hay en la respuesta que habrías dado hace unos 10 años?
A menudo escucho gente que dice que hay algo inalterable en nosotros, algo que ellos llaman esencia. Algo que es permanente y que nos hace ser quien somos y generalmente se refieren a esto como nuestra identidad verdadera. No estoy segura que esto sea verdad, ni tampoco creo que nuestras identidades sean tan simples y sencillas de explicar. Nuestras vidas son un viaje de auto-descubrimiento y, a medida que crecemos y andamos por la vida, obtenemos un mayor entendimiento, o a veces nuevo, de quienes somos. Quienes somos cambia y a veces una de nuestras identidades se vuelve más importante que las otras, pero somos la suma de todas ellas, no solo fragmentos de nosotros mismos.
La Sociedad Internacional de Investigación de la Identidad ofrece esta definición de identidad: “el constructo de identidad se refiere a las maneras múltiples y complejas en que los individuos se definen a sí mismos, ya sea por elección o adjudicación.” La complejidad de auto-definirnos surge de todas las variantes que entran en juego cuando se intenta esta definición. Somos el producto de nuestro medio ambiente y de nuestra cultura. Somos formados por la gente, las costumbres, el idioma, las ideas y los estilos de vida que nos rodean. Como lo dijo Walt Whitman, contenemos multitudes
Preguntas para discutir:
- ¿Qué tiene de bueno y de difícil tu identidad?
- ¿Qué parte de tu identidad, si te la quitaran, resultaría en la pérdida de tu concepción de ti mismo?
- ¿Cómo es que otras personas han contribuido a la persona que eres ahora?
- ¿Cómo has adjudicado identidades a los demás?
- ¿Qué significa ser unitario universalista?
Palabras de sabiduría
“No soy solo una lesbiana. No soy solo una poeta. No soy solo una madre. Honra la complejidad de su visión y de ustedes mismos.”
~ Audre Lorde
“No hay acentos anglicados en este nombre, ni sonidos de vocales largas, y definitivamente no asociaciones genéricas de nombres. Solo hay sazón española y una boca llena de mambo cuando dices mi nombre. No te equivoques- llevo la isla de Borinquen no solo en mi corazón, sino también en mi nombre. ¿Qué hay en un nombre? Bueno, todo.”
~ Celia San Miguel
“Me deslizo entre clasificaciones como agua en palmas ahuecadas, dejando pedacitos de mí detrás. Soy rápido y hábil, pues no hay mayor miedo que el miedo de ser atrapado queriendo pertenecer. Soy un camaleón. Y el mejor camaleón no tiene centro, no existe sentido de uno mismo más verdadero que lo que se es en el momento.”
~ Andrew X. Pham
“Muy poco en nuestro lenguaje o cultura invita a ver a los demás como partes de nosotros mismos.”
~ Patricia Williams
“Se dejó llevar por la convicción de que los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga otra vez y muchas veces a parirse a sí mismos.”
~ Gabriel García Márquez
“Nos convertimos en nosotros a través de los demás”
~ Lev S. Vygotsky
“Mi amigo, no soy lo que parezco. La apariencia no es más que una prenda que llevo- una prenda tejida con cuidado que me protege de tus interrogaciones y a ti de mi negligencia. El “yo” en mí, amigo, habita en la casa del silencio, y ahí permanecerá por siempre, imperceptible, inaccesible.
~ Kahlil Gibran
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Despojarnos de las etiquetas es un trabajo que lleva toda la vida. Ahora bien, nada proporciona tanta libertad como quitarte esos «yoes». Yo soy español, yo soy padre, yo soy…
Despojarnos del Yo nos da paz, independencia, autonomía y nos sitúa a todas las personas por igual.