Por Ricardo Manso.
Es un honor para mí darle este recuento. No obstante me parece necesario agregarle algo más a manera de introducción.
Simpatizantes del Unitarismo Universalismo en Cuba han existido en Cuba desde al menos hace diez años. De hecho se encendieron casi simultáneamente dos cálices en el 2004 en La Habana, correspondientes a dos congregaciones: una, sobre una base metodista hacia el extremo occidental; y la otra, por católicos no practicantes hacia el sur. Posteriormente se crean otras en la parte más antigua de la ciudad, sobre una base más plural.
Debe destacarse como fundamental y de primera importancia el papel jugado por George Vila más conocido como Jorge (con todos sus antepasados cubanos), quien ha aportado no solo ayuda económica, sino también inteligencia, tiempo dedicado y sobre todo su corazón. Esta visita de miembros de la «Primera Iglesia Unitaria de Cincinnati» ha sido su viejo y añorado sueño. No podemos olvidar tampoco las visitas de Unitarios Universalistas de Portland y de Boston de Estados Unidos, así como de Canadá y España. El intercambio por Internet y el conocimiento aportado por esta vía ha sido también muy importante. De hecho, el intercambio con Jorge Vila y Jaume de Marcos fue como la lluvia que hizo germinar la semilla del Unitarismo Universal en Cuba.
Cuba es un caldo de cultivo muy bueno para el Unitarismo Universalista, pues si bien con la Primera Evangelización, el cristianismo es introducido a la fuerza, hubo sacerdotes como el Padre de las Casas que abogaron por la justicia y como parte del alma nacional, o el Padre Varela, quien según el Apóstol José Martí fue el que nos enseñó a pensar. La cultura aborigen pasó no solo a la sangre sino en su vocabulario y ritos, recogidos fundamentalmente por los subsaharianos de la costa occidental de África, que también fundieron sus creencias con el catolicismo. El liberalismo español entró en Cuba junto con la masonería. Los próceres del siglo XIX eran todos masones y la bandera cubana está inspirada por ellos.
A raíz de la independencia y bajo la influencia de Estados Unidos fluyen las Iglesias evangélicas y protestantes así como judíos y árabes (la inmensa mayoría cristianos). Las religiones afrocubanas también se desarrollan, tanto la yoruba como el Palo Monte. También se introducen otros modos de pensar tomados de la India y China. Con la Revolución, en un principio el estado se considera ateo, pero posteriormente se declara laico y permite la entrada al partido comunista a personas con creencias religiosas.
Este ambiente de intercambio religioso entre sí y diálogo con ateos y agnósticos, la práctica inconsciente del positivismo y el estudio de la filosofía marxista, todo esto sobre mentes educadas en el legado Martiano, da una característica especial al pensamiento de muchos cubanos. Los niños en Cuba aprenden a leer con una serie de cuadernos llamados “La Edad de Oro” que despierta la curiosidad y la búsqueda independiente. Martí fue un conocedor de la obra de Emerson. Otros libros han circulado desde la década de los 50, incluyendo reediciones como las obras del ítalo-argentino José Ingenieros donde se habla del Unitarismo.
Esta reciente visita de Unitarios Universalistas y su encuentro con cubanos viene a fortalecer nuestros vínculos. Conocieron el Consejo de Iglesias de Cuba (CIC), agrupación de varias Iglesias evangélicas y protestantes surgidas en el siglo pasado y mantienen su respeto a otros credos que los atiende como fraternidades, como la comunidad judía y también la asociación Yoga. Nuestra aspiración es ser otra fraternidad asociada al CIC.
También visitaron los centros de Estudios Superiores donde se cursa Teología, tanto en La Habana como en Matanzas, cuya matrícula en estos momentos está abierta a todos. Se visitaron Iglesias católicas, la catedral Episcopal, centros de culto yoruba y centros culturales como museos y educación ambiental, como el Jardín Botánico de La Habana.
Es verdad que todos pensamos diferente, pero eso es una ventaja, pues incluso entre nosotros mismos no abordamos las cosas del mismo modo. Tenemos diferencias de edad, de profesiones, de vida familiar y social, pero nos une el amor y la confianza en un mundo mejor.
Un abrazo fraternal
Ricardo Manso
Iglesia de la Gran Comunidad
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