Por Mirla Leal Villoro

El pasado mes de octubre tuve la suerte de participar en el IV Encuentro Unitario/Universalista Latino. Tres días intensos de ideas, debates, emociones, empatías, lazos, diferencias, consensos, tres días que cambiarían la narrativa de mi historia y quizás, la de todos los participantes.

El pasado mes de octubre tuve la suerte de participar en el IV Encuentro Unitario Universalista Latino. Tres días intensos de ideas, debates, emociones, empatías, lazos, diferencias, consensos, tres días que cambiarían la narrativa de mi historia y quizás, la de todos los participantes.

Diez personas, de Colombia, Chile, Costa Rica, Cuba, Estados Unidos y República Dominicana; de contextos distintos, con influencias espirituales diversas, con historias diferentes, personas que han encontrado el U/U por diferentes caminos y lo han experimentado en disímiles formas.

La diversidad de las personas que se identifican con el Unitarismo Universalista justamente propicia una espiritualidad inclusiva que atrae a nuevas personas que a su vez, contribuyen con sus perspectivas, y nosotros los UU continuamos enriqueciéndonos. En mi caso, cuando compartimos en el encuentro sobre nuestros caminos y las experiencias que hemos tenido, redescubrí que en mi camino hacia el U/U la ciencia juega un rol determinante. Este amplio espectro del U/U es uno de los elementos que lo hace tan rico, y quienes nos identificamos como tales, no lo hacemos con un dogma o de una única forma, sino con una búsqueda por diversos caminos, algunos entrecruzados donde nos encontramos con otros buscadores y a veces, recorremos tramos juntos. Además, nos une el respeto a las creencias y las opiniones, así como el deseo de trabajar en conjunto, de formar una comunidad diversa y a la vez hermanada.

Durante el Encuentro exploramos qué es el U/U desde nuestra perspectiva latina. Dentro de nuestra realidad latinoamericana hay diversos contextos religiosos, políticos y económicos, esto implica que las comunidades locales tengan características determinadas y por tanto, diferentes necesidades. Trabajamos en varios talleres sobre las ideas y concepciones de nuestras comunidades, algunas existentes, otras aún en proyecto.

¿Cómo son las personas que se acercan al U/U? ¿Cómo transmitirles un mensaje de inclusión y tolerancia sin imposición? En nuestros mensajes debemos ser conscientes de los significados y las connotaciones que pueden tener las palabras en los diferentes contextos. En mi opinión debemos transmitir un mensaje no tanto religioso sino sobre un espacio inclusivo de intercambio. Todos coincidimos en la importancia de la comunidad para el crecimiento espiritual.

También nos preguntamos si los Principios U/U nos representan, ya que surgieron en un contexto norteamericano y es válido cuestionarnos su pertinencia desde nuestra perspectiva latina. En primera aproximación podríamos aceptarlos, pero podrían modificarse, adaptarse. Vimos que algunos principios están contenidos en otros. En especial, el sexto principio: “lograr una comunidad mundial con paz, libertad y justicia para todos”, nos resultó grandilocuente. Si trabajamos desde las comunidades en función de construir y promover una cultura de paz, libertad y justicia, las comunidades interconectadas y en colaboración van a propagar estos valores.

Consideramos además que en los principios debemos incluir explícitamente la solidaridad la cual de hecho contribuye a la sociedad que deseamos.

En el Encuentro se crearon nuevos lazos entre los participantes, lo que sin dudas ayudará a mejorar y potenciar nuestra red de comunicación y colaboración.

Acordamos comenzar en nuestras comunidades con algo pequeño y que crezca desde las personas, escuchando sus voces, nuestras voces, motivando la participación, creando comunidades con estructuras democráticas y horizontales.

El Unitario Universalismo, donde no se afirman dogmas teológicos, donde son válidas las preguntas y las dudas, donde se promueve la búsqueda, más que una religión, lo percibo como la gran casa para nuestra familia espiritual.