Nuestros cerebros están programados para responder a las emergencias- prestamos más atención a las crisis repentinas que a los problemas mayores que se crean con el tiempo. Un accidente de avión que mata a dos personas recibe más atención que la enfermedad cardiaca que mata a cientos el mismo día. La amenaza de terrorismo recibe más respuesta del público que la amenaza del cambio climático. Pero a veces lo que requiere nuestra atención no es la emergencia sino los problemas que nos fastidian en el interior, que nos exigen una respuesta creativa.

 

¿En qué te vas a ocupar el día de hoy?