Los géiseres se forman cuando el agua sobrecalentada brota de las profundidades de la tierra en una fuente dramática. Sucede. La mayoría de nosotros tenemos momentos en los que nos sobrecalentamos y explotamos. Tal vez debamos pensar en esos momentos no como pérdida vergonzosa de la cordura sino como una abundancia de energía que sale a la superficie.