“El cambio es la única constante” dijo Heráclito unos 500 años antes de Cristo. Sin embargo, muchos de nosotros continuamos buscando estabilidad.
A menudo me sorprende el que las grandes verdades puedan siempre decirse en el lenguaje más sencillo y lo antigua que es esa sabiduría. Por ejemplo, “El cambio es la única constante” dijo Heráclito unos 500 años antes de Cristo. Sin embargo, muchos de nosotros continuamos buscando estabilidad. De hecho, en una sociedad que se beneficia de todo, la ansiedad y los problemas que acompañan al cambio se convierten en un negocio rentable. Se nos venden seguros de vida, salud, auto, casa y muchas más con el propósito de amortiguar el impacto del cambio súbito.
El cambio puede ser planeado o espontáneo, puede ser intencional o forzado y, por lo tanto, puede ser percibido como positivo o negativo. Cuando el cambio es inesperado o no planeado nos puede causar demasiado estrés. A fin de cuentas, tendemos a evaluar su impacto negativo o positivo por la intensidad del dolor o estrés que experimentamos. Por ejemplo, el cambio puede ser bajo en estrés cuando es planeado. El mes pasado hablamos sobre nuestras áreas de crecimiento y sobre el trabajar para crear cambio en esas áreas, este cambio puede ser percibido como positivo. El cambio en este caso es intencional y consciente y, por lo tanto, nuestras actitudes hacia él serán generalmente más positivas.
Por otro lado, vivimos el cambio como negativo cuando hay una diferencia entre nuestras expectativas y la realidad: un accidente automovilístico, una enfermedad inesperada, la pérdida de una relación, y muchos otros acontecimientos en nuestras vidas que también pueden generar cambios. Este tipo de cambio es inesperado y, por lo tanto, llega con un nivel de estrés y dolor mayor. ¿Cómo podemos prepararnos para este tipo de cambio? ¿Qué tipo de prácticas necesitamos tener para que nos ayuden a enfrentar cambios súbitos?
También está el cambio que llega poco a poco, con los años, el conocimiento y las experiencias que hacen a los individuos en los que constantemente nos estamos convirtiendo. Dense algunos minutos para ver esta charla TED del psicólogo Daniel Gilbert. Es una de las favoritas en este tema. La pueden ver aquí y tiene subtítulos en español (Subtitles/Spanish):
Ejercicio espiritual
Estamos acostumbrados a nuestras rutinas y maneras de hacer las cosas que no creemos que podamos aprender nada nuevo al alterarlas. La invitación este mes es hacer un pequeño cambio a tu rutina. Tal vez tomes una ruta distinta al trabajo, tal vez puedas usar transporte público en lugar de manejar al trabajo o estacionarte en un lugar distinto, tal vez se trate de caminar en silencio, desconectarte de las redes sociales, saludar a la gente en la calle. El cambio puede ser grande o pequeño, pero lo que importa es que pongas atención y que estés abierto a lo que te traiga esa experiencia.
Después de hacer este ejercicio, reflexiona sobre las siguientes preguntas:
- ¿Por qué decidiste cambiar esa parte específica de tu rutina?
- ¿Qué notaste sobre ti y sobre tu alrededor?
- Si el cambio que hiciste involucraba interacciones con los demás, ¿Cómo reaccionaron?
Preguntas para la discusión:
- ¿Qué tan diferente eres ahora de la persona que eras hace 10 años?
- ¿Cómo ha ocurrido ese cambio? ¿Qué lo ocasionó?
- ¿Hay cosas que has cambiado o tratado de cambiar de manera intencional? Cuéntamos un poco más.
- ¿Has tratado de resistirte al cambio? ¿Qué pasó?
- ¿Y qué pasa con el cambio social? ¿Cómo crees que se da y que papel juegan los individuos en él? ¿Cuáles son algunos de los cambios a los que nuestra sociedad se resiste? ¿Y nuestra iglesia?
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